Breve historia de Tartessos

von: Raquel Carrillo González

Nowtilus - Tombooktu, 2011

ISBN: 9788499671673 , 304 Seiten

Format: ePUB

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Preis: 8,99 EUR

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Breve historia de Tartessos


 

 

Introducción


 

Tartessos es una de las civilizaciones ya desaparecidas que más interés ha suscitado entre todo tipo de personas durante los últimos siglos. La falta de datos y las noticias de las fuentes clásicas griegas y latinas donde se describe la felicidad de sus habitantes y la longevidad de sus gobernantes, así como su riqueza, han provocado que se vea al pueblo tartesio como mítico y enigmático. El haber sido relacionado además con la Atlántida de Platón, cuando científicamente no hay prueba alguna de que este fuera un lugar real, ha aumentado el misterio. Su ciudad, la capital del imperio, se buscó desde principios del siglo XX y el fracaso en los intentos de hallarla no hizo sino alimentar su mito. No obstante, como descubriremos, los tartesios eran personas como nosotros, que contribuyeron con su pequeña aportación a que el mundo fuera tal como es ahora, pero que vivieron en un pasado lo suficientemente remoto como para que pueda parecer lleno de incógnitas y fascinación. A lo largo de las siguientes páginas se convertirán en nuestros conocidos y el manto de oscuridad y secreto que les cubre se irá disipando.

Muchos de los interrogantes que envolvían este período histórico sin embargo siguen existiendo y es muy probable que haya aspectos que jamás podrán ser desvelados. Pero lejos de caer en la desolación, debemos tomar conciencia de los datos que ya tenemos y con ellos trabajar para reconstruir su historia, que también es la nuestra. Algunas de las dudas que aún hoy perviven tal vez puedan irse resolviendo en el futuro a medida que se vaya llevando a cabo un mayor número de excavaciones e investigaciones. Cuando sepamos más, varias de las cuestiones que se ocultan entre las sombras del desconocimiento saldrán a la luz y nuestra familiaridad con esta cultura será mayor. La ciencia siempre avanza y se realizarán con seguridad nuevos hallazgos. Que queden tantas cosas por descubrir es además un aliciente para los arqueólogos e historiadores.

Estos profesionales son los encargados de realizar la reconstrucción histórica de Tartessos con los resultados de sus estudios. Podemos encontrarnos con diferentes planteamientos de los acontecimientos, pues las interpretaciones de los sucesos históricos no son siempre las mismas; varían según las personas que las hagan y las escuelas a las que pertenezcan. El hecho de que existan diferentes versiones de un mismo acontecimiento no es algo que deba abrumar y asustar al historiador amateur, sino más bien algo con lo que se debe contar y que en el fondo nos enriquece alejándonos del punto de vista único. Mientras esté bien fundamentada y contrastada, cualquier explicación puede ser válida. En esta obra pretendemos exponer, de una forma clara y lo más sencilla posible, los distintos razonamientos que sobre los tartesios se han planteado, con la intención de que sea el lector quien analice cada tesis y utilice su criterio para decidir cuál de todas las hipótesis es la más probable. Desarrollar nuestra capacidad crítica y de opinión es uno de los placeres de leer historia. El lector es también una figura activa y forma parte del libro.

Los primeros estudiosos que escribieron sobre Tartessos lo hicieron hace miles de años. El griego Heródoto, al que podemos considerar el primer historiador, lo menciona en su obra. A él y a otros autores clásicos griegos y romanos haremos referencia pronto, pues las fuentes escritas son reveladoras a pesar de no ser muy abundantes y de que ninguna haya sido realizada por tartesios (con lo que nos falta su perspectiva). Incluso aquellos relatos de escritores grecolatinos en los que se cuentan leyendas y se describen situaciones mitológicas pueden resultar de gran utilidad para conocer y comprender a este pueblo asentado en el Bajo Guadalquivir. Expondremos por ello algunos de los fragmentos más importantes que tienen relación con la historia tartésica, para acercarnos a los clásicos sin miedo, haciéndolos accesibles. Asimismo, se señala en cada caso la referencia concreta del texto citado para dar al lector la oportunidad de encontrarlo dentro de la obra a la que pertenece. De esta forma, se puede recurrir a la fuente original y ampliar el pasaje si así se cree necesario, ya que lo último que se pretende es ofrecer una visión demasiado sesgada de la literatura de estos autores.

Durante las siguientes páginas también podremos observar los esfuerzos de los primeros investigadores y arqueólogos que utilizaron un método científico en sus estudios. El siglo XIX supuso una revolución para el avance de la historia y otras disciplinas y esa ansia de conocimiento y de estudio basándose en nuevos planteamientos llegó también al mundo tartésico. Hasta aquel entonces, lo que se decía en la Biblia no se cuestionaba en modo alguno y se tomaba lo que en ella aparecía de modo literal, sin ningún tipo de interpretación o reflexión. De esta forma, no sólo se aceptaba sin discusión que la Tierra tenía una antigüedad de unos seis mil años (se calculó la edad del mundo a partir de los años que según la Biblia vivieron todas las generaciones de hombres desde Adán), sino que se admitía que fueron los hijos de Noé y sus descendientes quienes repoblaron todo el planeta. Algunos eruditos creían por ello que la península ibérica habría sido repoblada por Tarsis y Túbal, por lo que pudiera ser que del nombre del primero proviniese la denominación de Tartessos.

También en arqueología se llevaron a cabo en este siglo grandes descubrimientos. En 1870 se encuentran las ruinas de la ciudad de Troya, considerada hasta ese momento mítica y un invento de la literatura de Homero. Este y otros hallazgos contagiarán a diversos investigadores. Aquellos eruditos del siglo XIX y principios del XX con ideas románticas luchaban por rastrear los orígenes de la humanidad, desgranar lo que había ocurrido a lo largo de las centurias, todo lo cual les acabó llevando a estudiar Tartessos, considerada por ellos la más antigua civilización de Europa Occidental. Ahora la historia y la arqueología se han tecnificado, pero esas mismas ideas permanecen en aquellos a los que les apasiona la historia.

Este libro quiere ser una historia completa, aunque sucinta, de Tartessos, por lo que no trata únicamente de los tartesios. Ellos no estaban solos y aislados. Otros pueblos interactuaron y se relacionaron con ellos y en consecuencia se enriquecieron mutuamente. A los fenicios se les dedica una especial atención, pues son los que más directamente trataron con ellos, como consecuencia de la colonización que emprendieron en el sur de la península ibérica, siendo Gadir (actual Cádiz), como tendremos oportunidad de ver, el emplazamiento de mayor importancia. El inicio de las colonizaciones, tanto de fenicios como de griegos, hizo que el Mediterráneo entero viviera una misma dinámica y las influencias orientales llegaran a todos los rincones de Occidente, por ello se denomina a esta etapa período Orientalizante. Las comunicaciones se hicieron más fluidas y las distancias más cortas. Las guerras y los tratados se sucedieron y todos los pueblos asomados a las orillas de este mar entraron en contacto a través del comercio, por lo que la política internacional se hizo más activa.

Con Tartessos, el suroeste peninsular entró a principios del primer milenio antes de Cristo en el período cronológico de la Edad del Hierro, etapa que se extiende hasta la conquista romana en el siglo III a. C. Las colonizaciones trajeron innovaciones tecnológicas y culturales, como el torno, nuevos alimentos y formas de religión y enterramiento de los difuntos que propiciarían el desarrollo y florecimiento de este pueblo.

La obra que tiene entre manos pretende acercarle al pasado, a su propio pasado, y a los protagonistas del mismo, hombres y mujeres que nacieron, vivieron y murieron a principios del primer milenio antes de Cristo, entre los siglos IX y VI, aproximadamente, en el suroeste de la península ibérica, en la zona que más o menos forman en la actualidad las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Esta es la región que consideramos el núcleo de Tartessos y por ello es la que estudiaremos en profundidad en las siguientes páginas. No obstante, hay historiadores que toman otras zonas de Andalucía, de Córdoba o Málaga concretamente, como pertenecientes al entorno tartésico. Dejaremos de lado también el área periférica, principalmente Extremadura, aunque la mencionaremos en alguna ocasión, puesto que recibía influencias de la civilización tartésica y se puede observar la llegada a esos parajes de productos orientalizantes, es decir, de inspiración oriental. Tampoco trataremos aquí el territorio portugués, que se utiliza en ocasiones para explicar la situación tartésica por comparación, puesto que recibe también una influencia fenicia muy importante y los descubrimientos realizados en esta área en los últimos años nos aportan numerosos datos. Sin embargo, no se daban exactamente las mismas condiciones en ambos lugares.

Aunque aquí utilizamos el nombre de Tartessos para referirnos a esta civilización, esta palabra puede aparecer escrita de muy diferentes modos, sin que por ello se refiera a realidades distintas. «Tartesos» o «Tarteso», usadas por otros...