¡Alarma de catástrofe! - ¿Qué hacer contra la destrucción deliberada de la unidad entre el ser humano y la naturaleza?

von: Stefan Engel

VNW - Verlag Neuer Weg, 2016

ISBN: 9783880214149 , 348 Seiten

Format: ePUB

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¡Alarma de catástrofe! - ¿Qué hacer contra la destrucción deliberada de la unidad entre el ser humano y la naturaleza?


 

I. Sobre la unidad fundamental entre el ser humano y la naturaleza


1. Dialéctica de la naturaleza


Concepto científico de la naturaleza

En el lenguaje común el término “naturaleza” se limita mayormente a fenómenos particulares del entorno humano: el paisaje, el mundo animal y vegetal o también el estado del tiempo. Sin embargo, el concepto de naturaleza, según la comprensión dialéctico-materialista, abarca toda la realidad universal.

La naturaleza se compone de infinitas formas del movimiento material y de los estados de la sustancia de la materia que se mueven y transforman permanentemente. Las formas de movimiento más conocidas son: cambio de lugar, fricción, calor, luz, electricidad, magnetismo, radiación radioactiva, reacciones químicas, metabolismo bioquímico, fotosíntesis, etc. Respecto a los estados de la materia se pueden distinguir gases, sólidos y líquidos, o sustancias orgánicas e inorgánicas. Estos elementos naturales se condicionan entre ellos y, al mismo tiempo, se encuentran en una pugna continua.

Todas las diferentes formas de ser de la materia no son más que procesos distintos de la naturaleza. Estos, por lo que conocemos hasta ahora, abarcan desde la materia continua, a través de partículas diminutas subatómicas en el microcosmos hasta gigantescos cúmulos de galaxias y superestructuras aún más grandes en el macrocosmos.

Con la ayuda del análisis espectral se pudo demostrar que las galaxias y nebulosas cósmicas, las estrellas y los planetas, como nuestra Tierra, están compuestos por componentes idénticos: los átomos de los elementos químicos y las partículas subatómicas. Todas las formas de manifestación y niveles de desarrollo de la materia constituyen un sistema del devenir y perecer universal.

El materialismo dialéctico parte del hecho de que toda la naturaleza es material, es decir, que existe objetiva e independientemente de la conciencia y voluntad de los seres humanos. Los movimientos de la materia transcurren según leyes dialécticas del movimiento. Por dialéctica de la naturaleza se entiende el resumen del movimiento material en su forma más general.

A cada nivel del desarrollo de la materia surgen nuevas formas cualitativas y también nuevas leyes del movimiento, que pueden ser investigadas, reconocidas y utilizadas por los seres humanos. El avance del conocimiento de la humanidad se muestra en el grado de su conocimiento de la dialéctica de la naturaleza, así como su capacidad de aplicar el método dialéctico conscientemente a la naturaleza, la sociedad y el pensar, sentir y actuar humano.

La cosmología burguesa niega la infinitud de la materia. Solo considera sus formas concretas y las absolutiza. Desde siempre busca sin descanso y en vano el comienzo y fin del universo. Según la doctrina actual, se supone que la “expansión” del cosmos se inició hace cerca de 13 a 20 mil millones de años con un “Big Bang” de la “nada”. Desde un comienzo los marxistas-leninistas criticaron esta “historia de la creación” de la cosmología burguesa; mientras tanto ella es muy controvertida incluso entre los científicos burgueses.

Los fenómenos concretos de la naturaleza son finitos, el movimiento general de la materia, en cambio, es infinito. En la infinitud de la materia en movimiento consiste su identidad universal en el macro y microcosmos.

Un nacimiento de la materia y del movimiento de la “nada” es incompatible con las leyes inherentes a la naturaleza. Materia en movimiento o movimiento material son increables e indestructibles. Federico Engels escribió al respecto:

“Toda la naturaleza asequible a nosotros forma un sistema, una concatenación general de cuerpos, entendiendo aquí por cuerpos todas las existencias materiales, desde los astros hasta los átomos, más aún hasta las partículas del éter, de cuanto existe. El hecho de que estos cuerpos aparezcan concatenados lleva ya implícito el que actúan los unos sobre los otros, y en esta su acción mutua consiste precisamente el movimiento. Ya esto, por sí sólo, indica que la materia es inconcebible sin el movimiento. Y si, además, la materia aparece ante nosotros como algo dado, como algo que ni ha sido creado ni puede ser destruido, ello quiere decir que también el movimiento es algo increable1 e indestructible.” (F. Engels, Dialéctica de la Naturaleza, en: www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/dianatura/index.htm, pág. 48).

Los cambios cualitativos en la naturaleza transcurren a saltos. “¿Qué distingue la transición dialéctica de la transición no dialéctica?”, pregunta Lenin y responde: “El salto. La contradicción. La interrupción de la gradualidad”. (Lenin, Resumen del libro de Hegel: “Lecciones de historia de la filosofía” en Obras Completas, tomo 29, pág. 255).

Es una ilusión absurda cuando científicos naturalistas, filósofos o políticos burgueses prefieren procesos graduales, evolutivos a los procesos bruscos, revolucionarios, en la naturaleza, en la sociedad o en el pensar, sentir y actuar humano. Ambas formas del movimiento, evolución y revolución, se condicionan mutuamente en la naturaleza, surgen la una de la otra, y se transforman la una en la otra, como infinito proceso continuo. Lo gradual del movimiento prepara el cambio evidente, el salto cualitativo, el cual a su vez pone lo gradual otra vez en movimiento a un nivel cada vez más alto.

Los saltos cualitativos pueden transcurrir en fracciones de segundos, como es el caso en los procesos biológicos, químicos y eléctricos o en el pensar, sentir y actuar humano. Pero también pueden ocupar miles de millones de años como en el caso del nacimiento y la extinción de las estrellas. Estas diferencias inmensas inducen a los materialistas vulgares o empiristas a aceptar solamente los cambios perceptibles. Para ellos el acontecer mundial solo se compone de fenómenos aislados, de repetitivos ciclos eternos o de procesos que, como máximo, pasan por cambios cuantitativos.

Saltos cualitativos se anuncian mediante acelerados cambios cuantitativos y por la agudización de las contradicciones internas en las cosas o los procesos. Basándose en análisis científicos del acelerado calentamiento de la Tierra, aumento de situaciones meteorológicas extremadamente contradictorias, extinción acelerada de especies, acidificación notable de los océanos, destrucción de los bosques, disminución de la capa de ozono y del aumento de catástrofes ecológicas a nivel regional desde la década de los 1990, el MLPD ha llegado al juicio conciso: en el proceso de la crisis ecológica global ya se ha iniciado un salto cualitativo, el cambio brusco hacia una catástrofe ecológica global. Otras observaciones científicas han confirmado, entretanto, que este proceso se ha ampliado y acelerado. Tan solo los métodos metafísicos de la concepción burguesa del mundo impiden un pronóstico realista sobre el desarrollo de la unidad entre el ser humano y la naturaleza.

Investigar y generalizar las infinitas formas de movimiento de la materia, sus infinitos procesos de transformación de una forma a otra, arrancarle a la naturaleza las concretas leyes del movimiento que actúan en ello, y luego aplicarlas – en esto consiste la base ideológica para comprender cada vez mejor la unidad entre el ser humano y la naturaleza y para la capacidad cada vez mayor de configurarla. Al fin y al cabo, solo un orden social guiado por tal modo de pensar científico proletario, socialista y comunista es capaz de garantizar una unidad sostenible entre el ser humano y la naturaleza y su continuo desarrollo.

Dialéctica del macrocosmos

Debido al desarrollo de la radioastronomía la percepción humana en el macrocosmos se extiende, en la actualidad, a grandes profundidades del espacio y alcanza cerca de 13,8 mil millones de años luz2. Esto, sin embargo, todavía sigue siendo un sector mínimo de la infinita amplitud del universo. Se pueden observar miles de millones de sistemas estelares y galaxias. Estos forman cúmulos y supercúmulos, los que, a su vez, pueden abarcar hasta un millón de galaxias. Al igual que en todas las formas de la materia, también entre las galaxias hay lucha y unidad, interacciones y colisiones. Estas pasan por diferentes fases de desarrollo y es posible que sean absorbidas por galaxias más grandes, den origen a nuevas o se disuelvan...